Os escribo rápido y con la mayor brevedad posible. Se acerca la hora del cierre y uno tiene sus quehaceres rutinarios (divinos, viendo como está el panorama), pero no me podía ir con una doble espina a mi casa, doble por mi labor, por un lado, como librero y, por otro, como hacedor de versos y otros menesteres.
Resulta que me he encontrado una entrevista del conocido autor Marwan en el Diario Público. Al momento he recordado que estuve ojeando su último libro (cuando llegó como novedad a la librería) y que, por desgracia, me deslicé en un poema en el que retaba, criticaba y amonestaba con ira e indignación a un imaginario poeta (o colectivo de poetas) que no está muy de acuerdo con esto del boom poético que estamos viviendo.
Me dejó perplejo. Más que nada por la inutilidad manifiesta de esos versos medidos. Y pensé: ¿Pero este tipo qué se piensa que es?
Y claro, en la entrevista, a la cual le he hecho más caso que al libro (ya vendí su ejemplar y no pienso reponerlo), por fin encontré la respuesta: «Me he trabajado mucho a nivel psicológico y creo que le puedo ser de ayuda a muchos jóvenes, quizá peque de pretencioso, pero así es”.
Pues hijo, pues claro que eres pretencioso. Y vulgar. Citando a Jung como el que habla de las virtudes digestivas del brócoli no dejas el pabellón muy alto.
«En realidad hablo mucho de psicología —prosigue— lo que pasa es que lo hago a través del amor». Pero Marwan, amigo mío, que no engañas a nadie y faltas al respeto a muchos profesionales de la Psicología y la Psiquiatría. ¿Te has leído alguna obra de José María Álvarez? (Del poeta o el psicólogo, de alguno de ellos, me da igual). Yo creo que no. Pero tampoco esto te desmerece. Es tú actitud premeditada y maniquea de posicionarte ante el lector como víctima y como juez la que te condena al ostracismo ya no literario (que todo llega y llegará bien seguro), si no como personaje público, que al final es lo que eres y lo que quieres ser.
Yo te doy un consejo, tómate unas vacaciones, descansa, bosteza un poco la existencia. Y porque intuyo que eres un tipo estupendo (claro que sí) y que si hubiésemos coincidido por la vida seguro estaríamos tomando unas cervezas en mi casa, en el porche, tranquilos hablando, eso sí, de «Followers», de «Likes» y de «Cash».
Y no de Amor. No, amigo, No.
De amor, nada de nada.