Elige tu propia aventura

Seguro que todos los nacidos durante la segunda mitad de los años 70 recordarán los populares libros titulados «Elige tu propia aventura», en los cuales ibas saltando de página en página según las diferentes opciones que te daba el narrador de turno. No eran, ni por asomo, libros de calidad, pero a más de uno nos hizo de buen acompañante durante alguna tarde de verano.

Pues bien, el que os escribe, ya crecidito y muy lejano de aquellas tiernas edades, fue eligiendo su propia aventura, como aquél que dice. Y llegué a forjar de la nada esta librería que bien conocéis como La Montaña Mágica. A partir de aquí, me dije: Alea iacta est.

Y aquí estamos viviendo una auténtica montaña rusa (como me bautizaron las chicas de la Biblioteca del Ramón Alonso Luzzy), un devenir incierto pero nada aburrido, cierto es.

Lo peor es que,  a veces, el narrador de esta parte de mi historia se pone un poco esquizofrénico y me pone en situaciones que, como poco, me quitan la respiración.

Un ejemplo claro os lo voy a a ilustrar ahora mismo. Entra a la librería un hombre ya entrado en años, posible jubilado, con rostro afilado y gafas de montura insoportable. en sus manos, me doy cuenta nada más verlo entrar, lleva enrollado un cuadernillo de publicidad de alguna gran superficie.

-Oye -me dice el caballero-. El último de Ken Follet.

-Claro- le respondo, y tomo rumbo a una montaña de libros marrón caquita.

-¿Cuánto cuesta?- me pregunta. Y a mí, con el ejemplar ya en las manos, me dio mala sensación la cosa.

-Pues xx,xx euros.

-Ah, bien.

-¿Se lo envuelvo? ¿Es para regalo? -le pregunté ansioso de cerrar la venta.

-Pues mira, te quiero enseñar una cosa.

El horror y el esperpento hicieron, de pronto y sin previo aviso, acto de presencia en La Montaña. De pronto, el hombre mayor desplegó la publicidad ante mi cara y señaló con su dedo índice, como Colón el Nuevo Mundo, a Ken Follet con un x% de Descuento, una maldita miseria por la que muchas personas luchan como si les fuera el honor en tremenda hazaña.

¿Y? -le respondo dsitraído sin hacerme el enterado.

Hombre, si me haces una rebaja mejor – me contestó con media sonrisa el pájaro viejo, porque era una pájaro viejo. – Así, además, me ahorro de tener que darme un largo paseo hacia el  xxxxxxxxx.

Bien, este es el momento en el que el jodido escritor en este libro de mierda de «Elige tu propia aventura» te pone tres opciones:

1) Le haces el descuento automáticamente y quedas genial con el cliente (porque dicen por ahí que siempre tiene la razón) mientras te quedas con un dolor de estómago que puede durarte una par de días. Pasa a la página 34

2) Te niegas a hacerle el descuento. Le discutes su actitud y le explicas que los libros cuestan lo que cuestan, que tú no le pones el precio, que tu margen es una mierda, que los pequeños comercios por allí, que el Tajo Británico & CO es Satanás, etc. Pasa a la página 66

3) Le miras fijamente a los ojos, no respiras, no pestañeas, el silencio lo invade todo. Dentro de ti nace un Sol inmenso que puede quemarlo todo, despierta un León sediento de sangre y tu Corazón late con al intensidad del Cosmos. Pasa la página 1, vuelve a empezar, nenico.

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Pues eso. ¿Que elección harías vosotros, amigos Montañeros?

Iluminadme, por favor.

 

 

 

 

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